135 AÑOS DE HISTORIAS
135 AÑOS DE HISTORIAS, AYUDA A LOS MÁS NECESITADOS
23 de septiembre de 1882 – 2017
Hablar de la Sociedad de San Vicente de Paúl de Medellín es referirse a un compendio de historias, anécdotas y vivencias de personas y familias enteras que, a lo largo de 135 años de servicio, contaron con la ayuda de una Institución que transformó la vida de Medellín.
Fue fundada por un puñado de ilustres hombres en 1882, llenos de tenacidad y esperanzas por ayudar a los más necesitados de la ciudad, cuando en ese entonces Medellín contaba con, apenas, 37 mil habitantes.
Exactamente el 23 de septiembre, en la residencia de don Mariano Ospina Rodríguez, más tarde Presidente de Colombia, él y 14 compañeros más de esta capital, se reunieron con el ánimo de dar vida en esta ciudad a la Sociedad de San Vicente de Paúl, ya existente en algunas otras partes del país. Fue la primera Conferencia en esta ciudad, y fue su primer presidente el señor Abraham Moreno Gómez.
Nos dice doña Margarita Inés Restrepo Santamaría (Q.E.P.D), autora del bello libro “Manantial de Solidaridad”, donde cuenta el nacimiento y desarrollo de esta institución en este territorio del Valle de Aburrá: “Servir al que sufre, aliviar y promover. Atender efecto y causa de distintos tipos de pobreza. La fórmula de la entidad que ellos quieren impulsar contiene todas esas palabras. Y es firme su actitud de no evadir esa responsabilidad ante ninguna circunstancia”.
“Un principio: el voluntariado de católicos laicos. “Servir en la medida de mis fuerzas” y “no desmayar en el servicio de los desgraciados” Acompañarlos y promoverlos mientras levantan cabeza por su cuenta”.
“Una intención: crecer y buscar adeptos, socios o contribuyentes, con familiares interesados en ofrecer su ayuda. Fijar carteles en las esquinas y excitar réplicas de la Sociedad en pueblos de Antioquia. Buscar recursos para la beneficencia y la educación de los necesitados…, y, ¡ojo!, ser muy escrupulosos en su manejo”.
He aquí la huella perentoria de nuestros fundadores en Medellín. Son 135 años de evolución de esta fecha memorable hasta hoy. Y en su historia, son muchos los nombres importantes que han contribuido a su desarrollo; muchos los socios que han pasado por esta noble entidad; muchas las Conferencias que se han organizado, muchas de las cuales ya no existen; muchos los aportes recibidos y muchos los aportantes; muchas las instituciones que, de una u otra forma, se han solidarizado con nuestro empeño; y muchas, muchas más, las personas y familias que han resultado beneficiadas con nuestra labor.
Actualmente, 253 socios activos y registrados, congregados en 38 Conferencias, y diseminados por otros tantos barrios de Medellín, dan FE del fortalecimiento de nuestra Obra en la Región.
Tanto en las distintas zonas de trabajo como en nuestra Sede principal, hay atención permanente a los más necesitados con nuestros distintos programas sociales: Vivienda, mercados, comedores de adultos mayores y de niños, clubes de vida, la Residencia para jubilados, el Hogar Gerontogeriátrico, el Centro de discapacitados, las aulas de capacitación.
Todos ellos se mueven bajo la tutela del Carisma Vicentino, que inspira las estrategias de trabajo, e insiste en el acompañamiento de cada uno de los usuarios, y en la relación persona a persona con cada uno de ellos y sus familias.
No es el “dar por dar”, no es el sostenimiento de la pobreza lo que nos mantiene en la acción. Es la búsqueda de oportunidades para redimir la pobreza lo que nos lleva a entregar nuestro corazón en el día a día de nuestra labor vicentina, el lograr desarrollar habilidades que permitan superar la postración y el desamparo, la autopromoción personal y la promoción de la familia hacia horizontes más claros y posibles.
Es la justicia social que nos proclama la Iglesia a través de la Palabra, y que imprime en Encíclicas y documentos pontificios; es el mandato de Jesús de sentir en nuestras almas las angustias de los más necesitados y convertir en Obras la Fe que proclamamos.
Son tantas las diferentes pobrezas que nos aquejan en la actualidad y tan difícil atenderlas a todas; son tantas las dificultades que se enfrentan y tan escasos los recursos; son múltiples las nuevas situaciones que van apareciendo en el universo de las pobrezas y poca la preparación que se tiene para afrontar estos nuevos retos.
Hoy, al cumplir los 135 años de existencia en Medellín, queremos ratificar nuestro compromiso con este Carisma Vicentino, que nos urge a buscar caminos que nos lleven hacia un mundo más humano y más equitativo, a hacer más corta la distancia entre las pobrezas y las posibilidades.
Que María Inmaculada, madre del Salvador y madre de nuestra Institución, el Beato Federico Ozanam, nuestro fundador y San Vicente de Paúl, nuestro patrono celestial, nos alcancen del Señor las gracias que necesitamos para llevar adelante nuestra misión y el sueño de nuestro Beato fundador.