DON ARTURO GONZÁLEZ – ETERNO VICENTINO
El pasado 6 de febrero, recibí la respuesta a un correo electrónico. Sorprendido con el contenido por ser un texto llamativo, elocuente y muy bien redactado, me puse en la tarea de indagar quien lo había enviado. ¡Oh sorpresa!, el correo lo escribió un señor de 96 años. Eso me llamó mucho más la atención, saber que un adulto mayor era el responsable de responder a los comunicados de la Conferencia la Inmaculada Concepción.
Pues sí, como el mismo se hace llamar y su cargo lo valida, Don Arturo es el “Secretario” de su Conferencia. Quedé atónito con esto y quería tener el honor de conocerlo, agendamos una reunión y las sorpresas no pararon. En el barrio Estadio, específicamente en su casa me recibió, en el mismo lugar donde se reúne la conferencia cada 15 días, decisión que tomaron todas las consocias ya que Don Arturo no se podía desplazar muy bien y aunque el pasó su carta de renuncia, los compañeros no lo quieren dejar ir.
De bastón, con pasos lentos, vestido a la moda y con una sonrisa que refleja que toda su vida ha sido bendecida por Dios, me invitó a sentar; apoderado del tema y encabezando la mesa, me saluda con una historia, ¿usted sabe que yo fui el fundador de la revista? En una mesa servida con galletas y jugo, solo me dio la oportunidad para prender la grabadora y escucharlo hablar.
Historia tras historia, cada una contada con pelos y señales, como lo hacen los grandes escritores. Don Arturo, parece ser un juglar de tradición oral, un cuentero, un cronista; todos los adjetivos para un hombre que dedicó la mayor parte de su vida a la escritura y al servicio de los más necesitados. Así pasamos dos horas agradables, conociendo un patrimonio vivo de nuestra Sociedad.
Lleva 56 años de servicio voluntario en la Institución; su esposa, famosa por las galletas y pasteles dulces, lo ha acompañado en cada una de sus aventuras; sus 6 hijos, 10 nietos y 2 bisnietos disfrutan de él y de sus historias cada vez que pueden. Se comunica fácil con dos de sus hijos que viven en el extranjero, sabe aprovechar la tecnología y se conecta vía Skype para hablar con ellos.
De profesión es odontólogo, lo ejerció como independiente y en la Sociedad de San Vicente de Paúl de Medellín, pero él se llena la boca diciendo que lo que más le gusta es escribir. En su época fundó varias revistas, entre ellas la revista de la Sociedad Odontológica llamada “Ecos Odontológicos”, la de la cooperativa Consumo y la que hoy señalamos “Ozanam te Informa” actualmente La Voz Vicenitna.
Empezamos…Ozanam te Informa
En el año 1992, el señor Arturo González, le expresa al presidente de la Sociedad Baudilio León Escobar, la necesidad de crear un boletín que representara a los socios, el presidente por la amistad y confianza que sentía hacia él, le responde: “haga lo que desee, usted sabe más de eso”. Don Arturo le agradeció, pero lo amarró al cuento pidiéndoles que él debe escribir siempre la editorial.
Así empezó esto, cuatro páginas escritas en un mimeógrafo compuestas por una presentación, una editorial titulada “compartir”, una página de Espiritualidad, una página denominada “El rincón de las Zonas”, informes de los eventos a realizar y unas felicitaciones al presidente de la Institución quien había sido nombrado “Caballero del Santo Sepulcro” por el señor Arzobispo de Medellín. Además una última frase: “¡Te invitamos a colaborar con él”
Pasaron 20 ediciones y su aceptación hizo que el boletín fuera un tema más serio, le crearon carátula y hasta un comité de redacción. Tuvo tanta fuerza y aprobación que pensaron en cambiarle el nombre. Para ello, crearon un concurso con todos los socios; el premio al ganador, era un mercado. Muchos fueron los participantes pero solo un elegido…la propuesta ganadora fue: “Voz Vicentina” nombre que hoy, después de 264 ediciones sigue saliendo. Don Arturo, jocosamente cuenta la anécdota que el boletín mientras hicieron el concurso sacó dos ediciones sin título, en blanco.
Gracias Don Arturo.
Él es Don Arturo González, odontólogo y escritor de profesión, Vicentino de corazón. Esta entrevista es un pequeño homenaje a una figura viviente de nuestra Institución, a un hombre que entregó alma y cuerpo a los más necesitados; pero también quien ilustró el camino con cientos de escritos, que hoy reposan en los archivos de la Sociedad, de cómo debe contarse la historia de la entidad social más antigua de la ciudad.