EN LOS ZAPATOS DEL OTRO
«Mira con los ojos de otro, escucha con los ojos de otro y siente con el corazón de otros»
Alfred Adler
¿Cuánto tenga más de 60 años yo…?. A veces no pensamos en como será ese momento y son pocos los que se preparan para esa edad; pero lo que si debemos de reflexionar es cómo nos comportamos hoy con los muchos mayores que nos rodean. Ponerse en los zapatos del otro es recorrer el camino que pisa y sortear las dificultades o barreras que deben encarar.
Entender que su pasos, su mente, sus reacciones son más lentas, nos permitirá estar bajo la misma piel, experimentar por un momento la alegría, el temor, la decepción de aquel otro al que nos queremos acercar. Y si se trata de ponerse en el lugar de las personas mayores, esta realidad cobra más fuerza, ya que aunque tienen los mismos derechos que los demás ciudadanos, parece que son los más vulnerados y enfrentan mayores dificultades para que estos sean efectivos.
Por esto es importante trabajar para sensibilizar a la sociedad, desde el núcleo familiar hasta los medios de comunicación, para tomar conciencia y promover el respeto, no solo de los derechos, sino de la integridad de la población.
La vida de las personas adultas mayores no tiene por qué ser pasiva o carente de participación en distintos ámbitos de la sociedad. Más aún, debe ser una preocupación de todos, donde el conjunto de cambios individuales, asociados al envejecimiento no impliquen una perdida de oportunidades y mucho menos de sus derechos. Por lo tanto, el país debe contar con un conjunto de instrumentos de protección e instituciones que la garanticen.
Mientras las políticas públicas son desarrolladas y los entes encargados se alinean para buscar el beneficio de este grupo poblacional, pongámonos nosotros en los zapatos de ellos y empecemos a entender que los cambios, comportamientos y situaciones de esta, y muchas personas son las adecuadas cuando tratamos con respetos, fraternidad y tolerancia a nuestro vecino.